La educación es una dimensión constitutiva del Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) global introducido en 2010. En el IPM global, un hogar está privado en educación si ningún miembro del hogar en condiciones de haber completado seis años de educación lo hizo, o si algún niño en edad escolar no asiste a la escuela (hasta el octavo grado).
La salud es uno de los aspectos más críticos de la pobreza multidimensional, pero al mismo tiempo es una de las dimensiones más desafiantes en su medición. La relación entre la salud y la pobreza monetaria está claramente establecida en la literatura. De hecho, algunos se refieren a ella como la trampa de salud-pobreza, reconociendo que existe una relación bidireccional entre ambas condiciones.
En el marco de la preparación del taller de expertos en datos llevado a cabo en Oxford en febrero de 2024, se desarrolló una nota informativa integral sobre nutrición. Esta nota examina los indicadores existentes utilizados para evaluar la carencia relacionada con la nutrición tanto en encuestas nacionales como transnacionales, así como los incorporados en los IPM nacionales. En este artículo, resumimos los mensajes clave sobre nutrición.
Una vivienda adecuada es más que un refugio, pues influye en la salud, la educación y la estabilidad económica. Los servicios como el agua potable, el saneamiento y la conectividad digital, también afectan la capacidad de los individuos para salir de los ciclos de pobreza.
La relevancia de las carencias ambientales a nivel global queda en evidencia en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Estos reconocen la interconexión entre sostenibilidad ambiental, desarrollo económico y bienestar social. Los indicadores ambientales se utilizan para monitorear el progreso hacia metas específicas de los ODS en trece de los diecisiete objetivos.