Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) llaman a la comunidad global a “terminar con la pobreza en todas sus formas y dimensiones, en todas partes” (Objetivo 1), y especifican una meta clara: “antes de 2030, se busca reducir por lo menos a la mitad el número de hombres, mujeres y de niños de todas las edades que vivan en pobreza, en cualquiera de sus dimensiones, según las definiciones nacionales” (Meta 1.2). Incluso antes de la formulación de los ODS, pero igualmente alineados con ellos, un número creciente de gobiernos comenzaron a utilizar Índices de Pobreza Multidimensional nacionales (IPM nacionales) para medir las diversas privaciones superpuestas que afectaban a la gente en distintos países.
Cuando distinguidos líderes mundiales se reunieron en un evento paralelo de alto nivel en la Asamblea General de la ONU, dieron a conocer muchas ideas sobre la encrucijada de la pobreza. Mientras la pandemia continúa su paso desolador por el planeta, en la reunión se escucharon potentes mensajes llamando a la reflexión, al liderazgo, la colaboración y la esperanza.
El Gobierno de Honduras ha lanzado un índice de vulnerabilidad multidimensional (IVM) con el objeto de proporcionar bonos electrónicos que se pueden cambiar por alimentos, medicinas y equipos de bioseguridad, para los trabajadores independientes y por cuenta propia que fueron más fuertemente golpeados por la pandemia de COVID-19.
La discapacidad es un término complejo, que con frecuencia es malinterpretado. De hecho, hay distintos modelos que definen la discapacidad, y en las últimas décadas el concepto ha evolucionado, pasando de entender la discapacidad como una perspectiva médica o individual, a una relacionada con los derechos humanos, en donde la discapacidad es resultado de la interacción entre una condición de salud y diversas barreras sociales y actitudinales.